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Autor

Carlos de Miguel

Profesor Titular de la Cátedra de Transición Energética en ICAI

Carlos

Los conceptos de transición energética justa y de pobreza energética

La transición energética consiste en la transformación progresiva hacia un modelo energético menos dependiente, o no dependiente, de los combustibles fósiles. Durante este proceso, se pueden presentar cuestiones éticas con diversos aspectos, los cuales hay que tenerlos en cuenta para hacerla lo más justa y con mínimas consecuencias negativas.

A nivel de pobreza energética, cabe distinguir entre acceso a la energía, un problema focalizado principalmente en países en vías de desarrollo, y asequibilidad de la energía, una cuestión más propia de los países desarrollados.

    Se dice que las personas que sufren pobreza energética cuando tienen dificultad o la incapacidad de mantener su vivienda en unas condiciones adecuadas de temperatura, así como de disponer de otros servicios energéticos esenciales a un precio razonable.

    Perspectiva socioeconómica

    El estudio recoge que la descarbonización puede tener efectos colatelares con implicaciones éticas, especialmente los más vulnerables o colectivos sensibles.

    Por un lado, en cuanto a la afectación del empleo, la transición hacia una economía descarbonizada supone un riesgo ya que no está claro que el efecto neto a nivel macro el efecto neto sea positivo, es decir, la pérdida de empleo para los trabajadores de las industrias dependientes de los combustibles fósiles compense a la nueva creación de empleos. Especialmente si ponemos el foco a nivel local.

    • Medidas coyunturales, que se refieren a la financiación de los suministros energéticos, adecuando la ayuda a la necesidad según la zona climática.
    • Medidas estructurales, que se refieren a la mejora de las instalaciones y del aislamiento. En éstas, la prioridad pasa por la rehabilitación energética, seguida de la mejora de la eficiencia en las instalaciones.

    Algunas soluciones son:

    • Fomentar la actividad económica en la zona
    • Reorientar la actividad
    • Fomento de inversiones en economía circular

    Por otro lado, un aspecto a tener en cuenta es efecto “no en el patio de mi casa” o "Not in my backyard en inglés":

      El efecto ciudadano NIMBY (Not In My Back Yard) describe la reacción producida entre determinados grupos de ciudadanos que se organizan para enfrentarse a la instalación de ciertas actividades o instalaciones en su entorno inmediato percibidas como peligrosas o debido a sus externalidades, pero sin oponerse a las actividades en sí mismas

      Colectivos más vulnerables:

      El estudio recoge que la descarbonización puede tener efectos colaterales con implicaciones éticas, especialmente los más vulnerables o colectivos sensibles. Según el estudio, los colectivos más vulnerables son: 

        La transición energética consiste en la transformación progresiva hacia un modelo energético menos dependiente, o no dependiente, de los combustibles fósiles. Durante este proceso, se pueden presentar cuestiones éticas con diversos aspectos, los cuales hay que tenerlos en cuenta para hacerla lo más justa y con mínimas consecuencias negativas.

        Factores energéticos

        Por otra se han analizado factores predominantemente energéticos, aunque no exentos de implicaciones sociales, tales como los impactos de las energías renovables, la deslocalización, los residuos nucleares, la bioenergía y la economía circular.

        Las energías renovables también tienen un impacto ambiental, que es preciso valorar y considerar. Las emisiones de C02 y otros contaminantes se han de medir en todo el ciclo de vida, pues si bien es cierto que las renovables no emiten C02 en su funcionamiento, es preciso considerar también su fabricación y desmantelamiento.

        Las emisiones de C02 y otros contaminantes se han de medir en todo el ciclo de vida, pues si bien es cierto que las renovables no emiten C02 en su funcionamiento, es preciso considerar también su fabricación y desmantelamiento.

        Relacionada con la cuestión anterior, con la deslocalización se trata de exportar la contaminación y de otros impactos negativos asociados a la transición energética favoreciéndose que dichos proyectos se ejecuten en otros países que pueden tener un menor nivel de protección social o ambiental.

        El ejemplo hoy en día en Europa lo tenemos con el fracking. Ante el riesgo medioambiental que puede suponer su explotación, los diversos gobiernos europeos han prohibido tanto su exploración como la explotación, aunque por la coyuntura actual, se está importando este tipo de gas desde Estados Unidos.

        La energía nuclear, así como más recientemente las energías renovables presenta problemas de contestación social, entre ellos, el conocido como NIMBY (no en el patio de mi casa). Es decir, queremos una mayor implantación de energías renovables, aunque no quiero las instalaciones cerca de nuestro lugar de residencia. Sin embargo, por ejemplo, en el caso de la energía nuclear se considera una herramienta necesaria para la transición energética, ya que facilita la integración de energías renovables no gestionables al aportar tanto respaldo como inercia para que la red sea estable, además sin emitir C02.

        La energía nuclear se considera una herramienta útil para la transición energética, además de apoyar a las renovables, lo hace sin emitir C02.

        El uso de biomasa sólida y sobre todo de biocarburantes, a menudo suscita dilemas éticos sobre su competencia con la alimentación humana. En el caso de la biomasa sólida, el tema queda zanjado por el uso del residuo agrícola y forestal en la creación de redes de calor, llegando incluso a incluir la generación eléctrica con esquemas de cogeneración. En el caso de biocarburantes, ha ido evolucionando hasta lograr que se produzca a partir de cultivos no alimenticios. En la actualidad, existe una nueva familia de biocarburantes producidos a partir de grasas residuales o hidrógeno verde y C02 capturado (e-fuels).

        La economía circular es una buena herramienta para la descarbonización, integrando el territorio y las comunidades locales, fijando población y cohesionando a la sociedad, ayudando así a luchar contra las desigualdades de los colectivos vulnerables.

        Sin embargo, también existen dilemas éticos sobre su competencia con la alimentación humana.

        Por ejemplo, las plantas de electrolizadores para generación de hidrogeno, puede genera un calor residual que puede inyectarse en las redes de calor de poblaciones cercanas.

        Conclusiones

        La transición hacia la descarbonización requiere tomar decisiones a nivel socioeconómico y medioambiental. Cada una de esas decisiones tiene implicaciones éticas con repercusiones en ambos niveles.

        Desde un nivel medioambiental, la tendencia que puede observarse en ocasiones en países desarrollados a oponerse a proyectos necesarios para llevar a cabo la transición energética, favoreciendo que dichos proyectos se ejecuten en otros países que pueden tener un menor nivel de protección social o ambiental.