El cambio climático se trata de un problema global que supone un reto que se debe afrontar con urgencia debido a los gases de efecto invernadero (GEI) y sus efectos.
El cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la Humanidad. Se trata de un problema de escala internacional que hay que afrontar con urgencia: las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera están incrementando la temperatura del planeta y generando impactos económicos y medioambientales severos e irreversibles. El calentamiento global provoca, entre otros cambios, unas condiciones meteorológicas más extremas, que afectan a las generaciones presentes y futuras y, en consecuencia, tienen cada vez más repercusión en la economía, el medio ambiente, la salud y la vida cotidiana.
Lograr descarbonizar la economía ha de ser un objetivo primordial, que exige un cambio estructural en el modelo energético, pero también una transformación en el modo de producir y consumir. Ante este desafío, la transición energética tiene que estar en el centro de cualquier estrategia política y económica, facilitando la descarbonización de todos los sectores, especialmente las industrias, la movilidad y la generación de energía, facilitando la incorporación de fuentes primarias de energía con bajas emisiones de CO2.
Mecanismos de coordinación internacional
El aumento de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera tiene mucho que ver con la utilización de combustibles fósiles y el sector energético está llamado a desempeñar un papel vital para hacer frente a este gran reto global. La creciente sensibilidad frente al problema ambiental ha dado lugar a la firma de sucesivos acuerdos internacionales para lograr un crecimiento económico sostenible con el medio ambiente. Comenzando por la creación del principal mecanismo de coordinación internacional, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), pasando por el Protocolo de Kioto y las decisiones y compromisos que se han acordado en las distintas Conferencias de las Partes, para terminar con el Acuerdo de París en 2016 y la Cumbre del Clima (COP26) celebrada en Glasgow en 2021.
Cumbres climáticas
Las cumbres climáticas constituyen el encuentro que cada año reúne a los Estados firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para hacer seguimiento de los compromisos adquiridos en las ediciones anteriores.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se puso en marcha en 1992, durante la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, y sentó un precedente en la protección del medioambiente. Y es que, por primera vez, se reconoció en un tratado multilateral que el cambio climático era un problema a escala planetaria. Las naciones firmantes se obligaron a adoptar medidas destinadas a “estabilizar” las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera para preservar el medioambiente.
¿Cuál es el cometido de las cumbres climáticas?
Las cumbres climáticas anuales o COP –Conference of the Parties– tienen como objetivo evaluar cómo los Estados miembros aplican el contenido del tratado al que se han comprometido, además de profundizar en los acuerdos para avanzar en la lucha contra el cambio climático. Así, son el marco de discusión más importante en este ámbito climático y un instrumento de carácter supranacional para la toma de decisiones y el avance de los objetivos propuestos.
¿Cuántas cumbres climáticas se han celebrado?
Desde la primera cumbre climática, o COP, que se celebró en 1995 en Berlín, ya se han convocado 26 conferencias, de ahí el número que recibe la reciente cumbre de Glasgow. No todas las COP han tenido la misma trascendencia; en algunas se han registrado avances más bien tímidos, otras han acabado en fracaso –por ejemplo, en Copenhague 2009, cuando China y Estados Unidos acordaron que los compromisos no serían vinculantes– y otras sí han sido realmente relevantes, como la COP3, de donde surgió el Protocolo de Kioto, y la COP21, que puso en marcha el Acuerdo de París.

El cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la Humanidad. Se trata de un problema de escala internacional que hay que afrontar con urgencia: las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera están incrementando la temperatura del planeta y generando impactos económicos y medioambientales severos e irreversibles. El calentamiento global provoca, entre otros cambios, unas condiciones meteorológicas más extremas, que afectan a las generaciones presentes y futuras y, en consecuencia, tienen cada vez más repercusión en la economía, el medio ambiente, la salud y la vida cotidiana.
Lograr descarbonizar la economía ha de ser un objetivo primordial, que exige un cambio estructural en el modelo energético, pero también una transformación en el modo de producir y consumir. Ante este desafío, la transición energética tiene que estar en el centro de cualquier estrategia política y económica, facilitando la descarbonización de todos los sectores, especialmente las industrias, la movilidad y la generación de energía, facilitando la incorporación de fuentes primarias de energía con bajas emisiones de CO2.
Mecanismos de coordinación internacional
El aumento de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera tiene mucho que ver con la utilización de combustibles fósiles y el sector energético está llamado a desempeñar un papel vital para hacer frente a este gran reto global. La creciente sensibilidad frente al problema ambiental ha dado lugar a la firma de sucesivos acuerdos internacionales para lograr un crecimiento económico sostenible con el medio ambiente. Comenzando por la creación del principal mecanismo de coordinación internacional, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), pasando por el Protocolo de Kioto y las decisiones y compromisos que se han acordado en las distintas Conferencias de las Partes, para terminar con el Acuerdo de París en 2016 y la Cumbre del Clima (COP26) celebrada en Glasgow en 2021.
Acuerdo de París
El Acuerdo de París, firmado en noviembre de 2016, supuso un nuevo enfoque para dar respuesta al desafío del cambio climático, mediante la transformación en el modo de producir y consumir.
Después de más de veinte años de negociaciones globales, este acuerdo representó el primer pacto de carácter vinculante en el que todos los países, y no solo los desarrollados, se han comprometido a cumplir un único objetivo: mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C respecto a los niveles de la época preindustrial e incluso, si es posible, por debajo de 1,5°C.
Limitar el calentamiento global por debajo de 2°C requiere un gran esfuerzo, particularmente en el sector de la energía, que genera alrededor de dos tercios de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Los objetivos firmados en el Acuerdo de París han servido de guía para marcar la línea estratégica de reducción de emisiones de gases efecto invernadero (especialmente el CO2), estos objetivos siguen vigentes en el la última Cumbre Climática de Glasgow en 2021 (COP26) y fueron respaldados por la mayoría de los Estados participantes.
Cumbre climática de Glasgow (COP26)
COP26 es como se conoce a la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en Glasgow del 31 de octubre al 13 de noviembre de 2021. Ha sido una de las cumbres más esperadas, por varios motivos. Por una parte, Estados Unidos volvía a confirmar su compromiso al Acuerdo de París tras la toma de posesión de Joe Biden como presidente. Por otra, la creciente conciencia social y la acumulación de evidencias científicas sobre los efectos “profundos, irreversibles y existenciales” asociados al cambio climático lo han ido afianzando en la agenda política, mediática y empresarial.
COP26: Líneas de acción y objetivos
La COP26 fue convocada bajo el lema “We can get real on coal, cars, cash and trees”. El objetivo principal era el consenso entre los países firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para hacer un seguimiento de los compromisos asumidos en las cumbres anteriores y continuar avanzando en las líneas de acción previstas: la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la adaptación al cambio climático, la mejora en la financiación para los países en desarrollo o el fortalecimiento del marco de colaboración internacional existente.

Acuerdos adoptados en la COP26: El Pacto Climático de Glasgow
El Pacto Climático de Glasgow es el documento que plasma las dos semanas de debates políticos y técnicos que se desarrollaron durante la COP26. La redacción final de este documento fue compleja, con cambios de último minuto y prórrogas en las negociaciones, pero finalmente se logró la unanimidad de los 196 países participantes.
Dentro de los principales acuerdos recogidos en el Pacto se encuentran:
- El calentamiento global no debe superar los 1,5 ℃ en 2030 y es preciso alcanzar las cero emisiones netas a mediados de siglo
- Es necesario reducir el uso de los combustibles fósiles
- La financiación a los países en desarrollo alcanzará los 100.000 millones de dólares anuales en 2023
- Se habilitará una línea de ayudas para atenuar los daños producidos por el cambio climático en los países más vulnerables
- Más transparencia en el cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos en materia de cambio climático
- Nuevas normas de funcionamiento para los mercados de carbono
Egipto acogerá la COP27
Durante la conferencia de Glasgow se anunció que la próxima COP tendría lugar en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo. En la agenda de esta cumbre estarán el seguimiento de los logros alcanzados en Glasgow, como la revisión de los planes nacionales de reducción de emisiones (NDC). No obstante, donde está previsto que se ponga mayor énfasis será en el incremento de la financiación a los países en desarrollo.