retos

Autor

Fernando Marcos

Coordinador de la línea de Transporte Marítimo en la Cátedra Fundación Repsol de Transición Energética en la Universidad Politécnica de Madrid

Fernando

Coautora: 

  • Laura Calvo, Estudiante en la línea de Transporte Marítimo en la Cátedra Fundación Repsol de Transición Energética en la Universidad Politécnica de Madrid

El transporte marítimo desempeña un papel crucial en la cadena de suministro global, moviendo aproximadamente el 80% del volumen mundial de mercancías a través de cerca de 100,000 buques comerciales. A nivel de la Unión Europea, este sector constituye el 75% del comercio exterior y el 31% del comercio interior. Aunque el transporte marítimo representa alrededor del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, su impacto en la Unión Europea es más significativo, contribuyendo con el 11% de las emisiones de CO2 del sector de transporte en la región.

Para abordar la contaminación atmosférica, existen regulaciones tanto locales como internacionales, como el Convenio Internacional para la Prevención de la Contaminación por los Buques (MARPOL), que establece normas para limitar las emisiones de óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno. El cumplimiento de estas normativas implica el uso de combustibles con bajo contenido de azufre, sistemas de reducción de emisiones y la exploración de combustibles alternativos como el GNL y biocombustibles.

A pesar de ser el modo de transporte más eficiente en términos de emisiones de CO2 por tonelada y kilómetro transportado, la Organización Marítima Internacional (OMI) promueve medidas para mejorar la eficiencia energética de los buques. La Unión Europea también ha introducido legislación, como el paquete Fit for 55, que busca aumentar el uso de combustibles renovables y hipocarbónicos en el transporte marítimo.

Una encuesta realizada a profesionales del sector marítimo español revela que, en general, hay un alto conocimiento del marco regulatorio y una percepción de riesgo económico asociado a las nuevas regulaciones medioambientales. Se identifica una tendencia hacia la adopción de tecnologías de eficiencia energética y combustibles alternativos, siendo el cumplimiento regulatorio el principal motivador. La falta de información detallada sobre costes y disponibilidad es un desafío para la adopción de nuevas tecnologías y combustibles. La captura de carbono a bordo se percibe como una opción a largo plazo, con desafíos asociados a su complejidad técnica y necesidades adicionales de energía.