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El sector de cerámica no-estructural en España se ha comprometido con la descarbonización de sus procesos.

Desde la adoptación del gas natural como su combustible principal en los años 80, se plantean diferentes alternativas para pro seguir con este proceso de descarbonización, como la recuperación de calores residuales , el empleo de gases renovables y la integración con el autoconsumo fotovoltaico.

Este estudio concluye que el empleado del hidrógeno dorado permitiría reducir a la mitad las emisiones del sector en 2030.

El sector cerámico en España es fundamentalmente termointensivo, la electricidad apenas representa un 9% de la energía demandada, con un consumo anual de gas de 14,1 TWh y de electricidad de 1,4 TWh. El consumo de gas de este sector representa el 50% del consumo de gas de toda la Comunidad Valenciana y el 7% de todo el consumo de gas de la industria española.

En España, el sector de la cerámica asociado a azulejos y pavimentos cerámicos se encuentra radicado en el denominado Clúster Cerámico, que abarca las Comarcas de Plana Alta, de la Plana Baiza y de Alcalatén en la Comunidad Valenciana. Según los datos de ASCER (Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos), supone una facturación de 4.265 M€, de los cuales 3.665 M€ corresponden a exportaciones, con presencia en 190 países. Gracias a estos datos, España es el segundo país exportador del mundo y el quinto productor. El sector está constituido por 125 empresas, que dan empleo a 17.180 trabajadores.

El sector siempre ha estado comprometido con la descarbonización, adoptando el gas natural como combustible, así como la cogeneración en el proceso de atomización de arcillas. Mejoras menores desde entonces han logrado situar las emisiones actualmente en el entorno de los 6 kg CO2/m2.

El análisis realizado por el Observatorio de Descarbonización de la Industria que se ha realizado en el sector cerámico destaca las siguientes conclusiones:

  • El Análisis del Ciclo de Vida que se ha realizado con la fábrica cerámica piloto revela una huella de carbono de alrededor de 9 kg CO2eq/m2.
  • Se han propuesto medidas concretas de reducción de esta huella de carbono, abarcando la recuperación de calores residuales para reducir el consumo de gas en los secaderos, el empleo de gases renovables y la integración del autoconsumo fotovoltaico.
  • De todas las medidas, la sustitución de gas natural por biometano es la alternativa más sencilla de aplicar conceptualmente, dado que ambos gases son intercambiables. Presenta la ventaja de ser un recurso local y competitivo a nivel de precio en el escenario actual. No obstante, carece de potencial suficiente debido a la baja producción en España, tanto hoy como en el futuro, la Hoja de Ruta del Biogas prevé 10,4 TWh en 2030, del que se asume que tan solo el 55% será biometano.
  • El empleo de hidrógeno electrolítico permitiría cubrir la demanda completamente, dada la Hoja de Ruta del Hidrógeno que prevé disponer de 4GW en 2030 y reducir más de un 20% las emisiones de CO2 en 2030.
  • El empleo del denominado “hidrógeno dorado”, con emisiones negativas de CO2, permite cubrir la demanda del sector en 2030 reduciendo sus emisiones más de un 50%, lo que las situarían en menos de 3 kg CO2/m2.

El hidrógeno dorado es hidrógeno renovable que se obtiene al reformar biometano (en vez de gas natural) capturando el CO2 biogénico liberado durante el proceso.  Por tanto, tiene emisiones negativas de CO2.

  • La introducción de energía fotovoltaica resulta rentable, pero su potencial de descarbonización es bajo, habida cuenta del bajo consumo eléctrico.

De todo lo anterior se desprende que la medida más eficaz sería el empleo del hidrógeno dorado, capaz de reducir las emisiones de todo el sector en 2030 más de un 50%.

 

El informe se ha presentado en la Jornada Anual de la Cátedra, la grabación y documentos de este evento pueden consultarse en este enlace.