La economía circular como clave en la transición energética

La economía circular es clave para la transición energética. Establece un modelo de producción y consumo más sostenible, en el que las materias primas se mantienen más tiempo en los ciclos productivos y pueden aprovecharse de forma recurrente, procurando con ello generar muchos menos residuos.

¿Por qué hablamos de economía circular? 

El modelo económico que ha prevalecido desde la Revolución Industrial se ha basado en un modelo lineal, en el que los bienes se producen a partir de la extracción de recursos ambientales, se consumen y, finalmente, se desechan como residuos. Este modelo ha dado lugar a una economía altamente extractiva, intensiva en el uso de recursos y generadora de gases de efecto invernadero (GEI), con consecuencias negativas para la salud, el medioambiente y la economía. 

Así pues, el modelo lineal tradicional consiste en extraer, producir, consumir y desechar, lo que resulta cada día más obsoleto, ya que no considera la naturaleza finita de los recursos ni la capacidad limitada del medio ambiente para absorber los residuos, además implica un alto coste energético en todo el proceso desde la extracción de materias primas y su transformación industrial. 

En un contexto de uso excesivo de los recursos, elevado ritmo de consumo y crecimiento económico no sostenible, el concepto de economía circular se posiciona como la estrategia principal para avanzar hacia economías más sostenibles, bajas en carbono, eficientes en recursos y competitivas.

¿Qué es la economía circular? 

La economía circular establece un modelo de producción y consumo responsable más sostenible, en el que las materias primas se mantienen más tiempo en los ciclos productivos y pueden aprovecharse de forma recurrente, procurando con ello generar muchos menos residuos. Como su propio nombre indica, la esencia de este modelo radica en que los recursos se mantengan en la economía el mayor tiempo posible, promoviendo que los residuos que generamos puedan servir de materia prima para otras industrias.

Por lo tanto, se trata de una economía restauradora y regenerativa, que evita la generación de residuos y mitiga los impactos negativos para el medio ambiente, el clima y la salud humana. Los proyectos circulares están orientados a generar los mínimos residuos posibles, optimizar la eficiencia en el uso de los recursos y reducir el consumo de materias primas y energía. Además, los productos y materiales, por medio del ecodiseño, se rediseñan para que se mantengan en el ciclo económico tanto tiempo como sea posible y, al final de su vida útil, se puedan reutilizar para crear más valor. 

En otras palabras, se trata de un nuevo modelo de producción y consumo que afecta a todos los sectores económicos e implica la participación de todos los actores, garantizando, además, un crecimiento sostenible en el tiempo.
 

¿Qué beneficios aporta?

La economía circular aporta soluciones a la gran demanda de materias primas y energía por el crecimiento imparable de la población, a los efectos del calentamiento global y a la fragilidad de las economías por la alta dependencia de materias primas y su volatilidad de precios. Además de dar respuesta a desafíos globales, la economía circular presenta una serie de oportunidades económicas, empresariales y sociales que se traducen en una mejora de la competitividad, la aparición de nuevos modelos de negocio y un elevado potencial de creación de empleo. También favorece notables ahorros en los costes de las materias primas y energía, el desarrollo de tecnologías, el fomento de la innovación y el emprendimiento en las llamadas ciudades sostenibles.

  • Protege al medioambiente: Reduce las emisiones, minimiza el consumo de recursos naturales y disminuye la generación de residuos.
  • Beneficia la economía local: Puede beneficiar la economía local al fomentar modelos de producción basados en la reutilización de residuos cercanos como materia prima.
  • Fomenta el empleo: Estimula el desarrollo de un nuevo modelo industrial más innovador y competitivo, así como mayor crecimiento económico y más empleo.
  • Favorece la independencia de recursos: La reutilización de los recursos locales puede favorecer una menor dependencia de la importación de materias primas.

 

¿Cuáles son los beneficios de la economía circular?

Los principios de la economía circular se basan en 7 conceptos, conocidos como las 7 “R”, en los que el objetivo final es maximizar los productos una vez finalizada su vida útil, aportándoles un nuevo uso o revalorizando los residuos, por medio de sistemas de gestión de residuo cero. En este proceso se consigue disminuir el uso de nuevas materias primas y el consumo de energía. 

  • Rediseñar: pensar y diseñar los productos de modo que su proceso de fabricación consuma menos materias primas, se alargue su vida útil y genere menos residuos (o al menos residuos que sean más fáciles de reciclar). De este modo se incrementa la protección al medio ambiente.
  • Reducir: cambiar nuestros hábitos de consumo hacia un modelo más sostenible. Si reducimos el consumo, se evita la generación de residuos, el gasto de materias primas y, por lo tanto, se reduce el impacto en el medio ambiente.
  • Reutilizar: usándolos de nuevo o dando otra utilidad a los productos alargamos su vida útil.
  • Reparar: hasta ahora, cuando un producto se estropeaba tendíamos a reemplazarlo. Sin embargo, repararlo no solo es más económico, sino que evita el uso de nuevas materias primas, ahorra energía y no genera residuos al medio ambiente.
  • Renovar: actualizar objetos antiguos para que se puedan volver a utilizar como vintage, como por ejemplo los muebles.
  • Reciclar: promover las mejores prácticas en la gestión de los residuos y utilizar aquello que sea posible como materia prima para la fabricación de nuevos productos.
  • Recuperar: dar nuevos usos a productos que se van a desechar, como, por ejemplo, utilizar las botellas de plástico para crear sistemas de riego, maceteros o comederos de aves. 

¿Cómo avanza España en esta transición circular?

Superar las barreras y maximizar los beneficios de la transición de una economía lineal hacia una economía circular, requiere de una apuesta estratégica y coordinada por parte de todos los agentes, desde las administraciones públicas, pasando por las empresas hasta la propia ciudadanía. 

Y es una transición que ya está en marcha. La Estrategia Española de Economía Circular aprobada en 2020 representa el marco de actuación para aprovechar mejor los recursos y las materias primas e impulsar un nuevo modelo de producción y consumo, con los diferentes tipos de energías renovables como base. La Estrategia se articula a través de sucesivos planes de acción trienal. El I Plan de Acción de Economía Circular cuenta con un presupuesto de 1.529 millones de euros y 116 medidas a implementar a lo largo del trienio 2021-2023. Paralelamente, a nivel autonómico se ha observado un impulso significativo en el diseño de estrategias vinculadas a la economía circular en los últimos años.

¿Qué potencial tiene en el sector energético? 

Las opciones que ofrece la economía circular permiten ampliar el campo de actuación de los sectores energéticos tradicionales (eléctrico, gasista y petrolero) con la entrada de los gases renovables (biogás, biometano e hidrógeno verde o renovable) y los biocarburantes de nueva generación.