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Autor

Mariano Marzo

Emeritus Professor of the University of Barcelona

Mariano

Minerales críticos para la transición energética: es necesaria una visión amplia y estratégica, a nivel político y social, compatible con la conservación de naturaleza, vinculada a la economía circular y a la responsabilidad social de los países desarrollados.

Principales conclusiones del evento Minerales críticos para la transición energética

  • Los minerales son componentes esenciales de las nuevas tecnologías necesarias para descarbonizar nuestra economía y su demanda crecerá rápidamente a medida que las transiciones energéticas y la revolución digital avancen.
  • Una sociedad baja en carbono es una sociedad alta en minerales. De hecho, podríamos decir que nos encontramos ante una Transición Energética, sino una Transición Extractiva: del carbón al cobre, del petróleo al litio, del gas al níquel…
  • La enorme demanda que se espera de estas materias primas ejercerá una gran presión sobre los recursos minerales del planeta. Y, a medida que las minas más ricas vayan agotándose, la energía de extracción aumentará y con ello las emisiones del proceso.
  • Las minas pueden convertirse en los “hospitales del planeta” de una sociedad atrapada ante los retos de su crecimiento.
  • Parte de la solución se encuentra en el desarrollo de la minería climática, que engloba la minería verde  (energías “limpias” en minería) y la minería urbana (basada en la economía circular), además de la minería regenerativa de ecosistemas, para capturar y almacenar el carbono emitido en los últimos 2.000 años.
  • La economía circular debe avanzar de la mano de la transición energética, pero a día de hoy las tecnologías de fabricación no están todavía diseñadas para abastecerse de materiales reciclados.
  • Es necesario avanzar también hacia la diversificación de materiales, y ahí es donde la investigación y la innovación tecnológica tienen un gran campo de actuación por delante, buscando materiales más sostenibles y más abundantes.
  • España dispone históricamente de una riqueza en su subsuelo enorme, sin embargo, o está prohibido por ley su extracción, o se prohíbe de facto cualquier desarrollo minero en nuestro territorio. La solución no está no prohibir, sino en afrontar el problema desde la rigurosidad y la coherencia.
  • Y por ultimo, un reto más complejo si cabe, nuestra sociedad debe evolucionar de un patrón de consumo basado en el “comprar, usar y tirar” hacia una economía que priorice el reaprovechamiento de los recursos y el uso compartido. Debemos aprender a distinguir qué es lo importante y qué es accesorio. Si no hacemos también esto, cualquier esfuerzo por diversificar los materiales o el reciclado de minerales críticos, se verán superados por el incremento de la demanda.