¿Existen objetivos de mejora de la eficiencia energética?
En 2007, la Unión Europea fijó como objetivo lograr una mejora de la eficiencia energética del 20% para 2020. Posteriormente en 2018, como parte del paquete de medidas “Energía limpia para todos los europeos”, se estableció un nuevo objetivo más ambicioso, consistente en una mejora de la eficiencia energética de al menos un 32,5% para 2030. El compromiso de la Unión no ha parado de crecer y en julio de 2021 se presentó una propuesta revisada de la Directiva relativa a la eficiencia energética, con la que se busca alcanzar un objetivo más alto para reducir el consumo de energía primaria (39%) y final (36%) para 2030.
En 2020, España superó ampliamente el objetivo comunitario del 20%, con un 35,4% de mejora de la eficiencia energética. De cara a 2030, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) establece como objetivo una mejora de la eficiencia energética del país en un 39,6%.
Eficiencia energética: principales retos
La consecución de los objetivos de eficiencia energética se encuentra con diferentes barreras, que la dificultan. Los altos costes de inversión iniciales, las dificultades para acceder a financiación, la información asimétrica, así como la incertidumbre sobre los costes futuros de la energía y la regulación pueden limitan la expansión de las mejoras de eficiencia energética.
Para mitigar estas barreras, las administraciones europeas y españolas han desarrollado una amplia gama de medidas para estimular a las empresas y hogares a invertir en tecnologías de ahorro energético. Desde instrumentos basados en el mercado (subsidios, impuestos ambientales o créditos fiscales), pasando por medidas de mandato y control (regulaciones que establecen límites y estándares) hasta propuestas para mejorar la información y la sensibilización. En todo caso, es importante mencionar que la mayoría de las políticas y medidas de eficiencia energética no se utilizan de forma aislada, sino que a menudo forman parte de paquetes de políticas más amplios.
El rol de la eficiencia energética para luchar contra la pobreza energética
La pobreza energética es la situación en la que un hogar no puede permitirse una cantidad de energía suficiente para cubrir sus necesidades, o tiene que destinar una proporción demasiado alta de los ingresos para asumir el coste de la energía.
Las mejoras de eficiencia energética son una solución efectiva para mitigar esta problemática a medio y largo plazo, ya que reducen el gasto en energía sin perjudicar los estándares de confort y calidad de vida.
Sin embargo, las obras de renovación a menudo son costosas y menos accesibles a los hogares vulnerables. Por eso, a partir de 2020, el Gobierno de España introduce por primera vez un apoyo especial a colectivos vulnerables y afectados por la pobreza energética en su Programa de Rehabilitación Energética de Edificios.