La transición energética es esencial para combatir el cambio climático, pero también trae consigo desafíos importantes como son los efectos no deseados en ámbitos políticos, económicos, sociales y medioambientales.
Efectos Políticos:
- Dependencia de materias primas críticas (MPC): La demanda de litio, cobalto y tierras raras ha aumentado, generando dependencia geopolítica y concentración de proveedores en países como China y la República Democrática del Congo1.
- Aumento de precios y volatilidad: La creciente demanda de MPC puede elevar los precios y generar inestabilidad en el mercado.
Efectos Económicos y Sociales:
- Incremento del precio de la energía: La transición puede aumentar los precios de la energía, afectando la rentabilidad empresarial y el bienestar de los hogares.
- Impacto en la industria del petróleo, carbón y gas: La disminución de la demanda de combustibles fósiles afecta a estas industrias, provocando pérdida de empleo y declive económico local.
Efectos Medioambientales:
- Intensificación de la actividad minera: La demanda de MPC ha intensificado la actividad minera, generando contaminación y afectando a los ecosistemas.
- Producción de biocombustibles: Compite con la producción de alimentos, contribuye a la deforestación y puede tener un impacto negativo en el cambio climático.
La transición energética presenta desafíos significativos que deben gestionarse adecuadamente para minimizar sus efectos no deseados. Es crucial adoptar medidas eficaces, como la coordinación de políticas, la inversión en infraestructuras y el desarrollo de tecnologías sostenibles, para lograr una transición justa y sostenible a largo plazo.
¿Tienes interés en conocer más sobre estos efectos no deseados de la transición energética? Para saber más puedes descargarte el documento adjunto.