
En cuanto al uso del hidrógeno en el ámbito de la movilidad, encontramos varias líneas de actuación que se están desarrollando en la actualidad.
- Vehículos con motores térmicos. El hidrógeno que alimenta a un motor térmico es una alternativa a los combustibles convencionales, que no produce CO2 en la combustión. Se utiliza el hidrógeno solo o combinado con otros combustibles descarbonizados.
- Vehículos eléctricos con pila de combustible. El hidrógeno almacenado en el vehículo, a una presión 700 veces mayor que la del ambiente, se combina con el oxígeno del aire en la pila de combustible generando una corriente eléctrica que alimenta al motor eléctrico encargado de la propulsión del vehículo. Su transporte es 100% eléctrico y tan solo emite vapor de agua.
Además de su uso directo en estas dos modalidades de motores, el hidrógeno renovable también puede utilizarse como materia prima para elaborar combustible sintético cero emisiones o e-fuel, cuando se combina con el CO2 capturado en plantas especializadas.