Autor
Jesús Casanova Kindelán
Professor of Energy Engineering Department Polytechnic University of Madrid (UPM)

Elaborado por:
Cátedra de Transición Energética en la Universidad Politécnica de Madrid

Los vehículos de transporte por carretera afectan a la atmósfera de dos formas bastante desacopladas entre sí: por una parte, están las emisiones de gases de efecto invernadero, que en el transporte por carretera solo es significativamente importante el dióxido de carbono (CO2), y por otra, las emisiones que afectan a la calidad del aire en las ciudades y regiones entre las que destacan los óxidos de nitrógeno (NOX) y las partículas submicrométricas. El futuro de la automoción terrestre parece actualmente más condicionado por las primeras que por las segundas, aunque aún se espera un “apriete de tuerca” a las emisiones contaminantes con la posible publicación de una nueva directiva “Euro”. Ésta se referirá más a los métodos de medida, a los controles, a la durabilidad y al análisis de mercado que a una reducción drástica en los límites de emisiones en vehículos nuevos.