Carga eléctrica y aerogeneradores

Uno de los retos más importantes en materia energética y medioambiental que se nos presenta en la actualidad es el de cómo modernizar de forma eficiente el sector de la movilidad para conseguir que sea mucho más sostenible y competitiva en el corto plazo. Cada vez es mayor la demanda de usuarios que buscan soluciones rápidas, económicas y sin emisiones netas en sus desplazamientos, por lo que es esencial poner en valor todas las soluciones tecnológicas que se están desarrollando y que pueden suponer una mejora considerable en este ámbito tan importante para nuestro día a día.

Hay que tener en cuenta que no existe una única solución para avanzar en los objetivos de descarbonización y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en movilidad. Las necesidades, tanto de los ciudadanos a nivel particular como en otros segmentos, por ejemplo, el transporte pesado, son diversas y por ello, las herramientas y recursos que se están poniendo en marcha tienen que ser también variados para poder adaptarse sin problemas a cada tipo de circunstancia. 

La producción de hidrógeno renovable, la electrificación o la utilización de combustibles renovables (biocombustibles avanzados y combustibles sintéticos), son algunas de las soluciones clave para avanzar en la descarbonización del transporte.

Reduciendo las emisiones en movilidad

Los avances más destacados que se han llevado a cabo en los últimos tiempos en materia de movilidad se han centrado fundamentalmente en tres campos de investigación y desarrollo: 
 

Combustibles renovables
Movilidad eléctrica
Hidrógeno renovable

Soluciones diferentes pero que están muy relacionadas entre sí, al ser en muchos casos, tecnologías que se pueden combinar entre ellas para conseguir mejores resultados. Cada una de ellas cuenta también con sus propias ventajas y espacios de mejora, de forma que pueden seguir evolucionando y optimizándose para poder hacer frente a los nuevos retos en movilidad que van apareciendo. Solo así, alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero marcado por la UE para 2050 puede ser una realidad.  

 

Combustibles renovables

Los combustibles renovables son carburantes que se caracterizan por tener baja o nula huella de carbono en su ciclo de vida, debido a que la cantidad de CO2 que se libera a la atmósfera durante su combustión se equilibra con la cantidad de CO2 que se retira previamente para su elaboración. Tienen propiedades muy similares al diésel y la gasolina, lo que hace sean compatibles tanto con la infraestructura de recarga como con los vehículos con motores de combustión actuales, por lo que no es necesario renovar el parque de vehículos. 

Existen dos tipos diferentes de combustibles renovables que podemos encontrar en el mercado y que se diferencian entre ellos por el tipo de materias primas que utilizan para su producción. 
 

 

Los combustibles renovables son una muy buena opción para poder empezar desde ya a marcar una diferencia en el sector de la movilidad. En especial, merece la pena destacar la gran relevancia que están adquiriendo para la descarbonización de sectores con mayor complejidad técnica, como es el de la aviación, gracias a la producción de bioqueroseno y biojet, fabricado a partir de biomasa.

Movilidad eléctrica

Los vehículos eléctricos son una alternativa sostenible para conseguir alcanzar los objetivos de descarbonización del transporte. Este tipo de automóviles se mueven gracias a un motor 100% eléctrico que se alimenta con la energía que le proporciona una batería que se recarga de la red eléctrica. 

Los coches eléctricos se consideran que tienen cero emisiones durante su funcionamiento porque no emiten ningún tipo de gases de efecto invernadero. No obstante, para que sea una solución totalmente sostenible, es necesario garantizar que la obtención de la energía eléctrica necesaria para recargar su batería sea también de bajas o nulas emisiones.

Aunque esta solución con electricidad cuenta con multitud de ventajas, existen algunas cuestiones técnicas que es necesario mejorar para que su uso pueda expandirse de forma genérica a todos los niveles como el entorno urbano. En especial, dos de los principales retos a los que se enfrenta la movilidad eléctrica  a día de hoy son el de la autonomía de las baterías y el de la expansión de la red de puntos de recarga para estos vehículos. Áreas donde se están produciendo grandes avances tecnológicos en un corto periodo de tiempo y que buscan que este tipo de vehículos puedan ser todavía más accesibles y prácticos para los usuarios.

Hidrógeno renovable

El hidrógeno renovable juega un papel clave en la transición energética debido a su gran versatilidad, que permite que pueda ser utilizado como fuente de energía en muchos sectores. Es un sustituto muy eficaz de los combustibles fósiles y no emite CO2 en su uso, lo que hace que sea una tecnología perfecta para ser utilizada en el sector del transporte, en industrias de alto consumo energético o como sistema para almacenar, transportar y distribuir energía desde las fuentes primarias renovables. 

Una ventaja muy interesante que ofrece es que se pueden obtener de varias formas: a partir de agua y electricidad renovable, reformado de biometano u otras nuevas tecnologías en desarrollo como fotoelectrocatalisis. 

En cuanto al uso del hidrógeno en el ámbito de la movilidad, encontramos varias líneas de actuación que se están desarrollando en la actualidad. 

  • Vehículos con motores térmicos. El hidrógeno que alimenta a un motor térmico es una alternativa a los combustibles convencionales, que no produce CO2 en la combustión. Se utiliza el hidrógeno solo o combinado con otros combustibles descarbonizados.
  •  Vehículos eléctricos con pila de combustible. El hidrógeno almacenado en el vehículo, a una presión 700 veces mayor que la del ambiente, se combina con el oxígeno del aire en la pila de combustible generando una corriente eléctrica que alimenta al motor eléctrico encargado de la propulsión del vehículo. Su transporte es 100% eléctrico y tan solo emite vapor de agua. 

Además de su uso directo en estas dos modalidades de motores, el hidrógeno renovable también puede utilizarse como materia prima para elaborar combustible sintético cero emisiones o e-fuel, cuando se combina con el CO2 capturado en plantas especializadas.  
 

Neutralidad tecnológica

Para conseguir que todas estas tecnologías enfocadas al ámbito de la movilidad puedan alcanzar su pleno potencial y convertirse en herramientas efectivas para la descarbonización, un concepto muy relevante a tener en cuenta es el de neutralidad tecnológica.

Este principio hace referencia a que los órganos de gobierno apuesten por igual por todas las tecnologías disponibles en el mercado, sin favorecer unas sobre otras. De esta forma, todas las soluciones en activo y aquellas que se desarrollen en el futuro pueden competir libremente entre ellas en un proceso de constante mejora y de optimización, beneficioso a todos los niveles para la sociedad y la movilidad.   

Las necesidades de los ciudadanos son diversas y por ello, las soluciones también deben ser diversas y adaptadas a cada situación, no una única solución para todos.

Confusión de conceptos

Otro problema importante que encontramos, a la hora de hablar de tecnologías para una movilidad más sostenible, es la falta de información aséptica y rigurosa sobre estas soluciones tecnológicas, a la que los ciudadanos tienen alcance. Son muchas las personas que no saben muy bien en qué consisten, cómo funcionan exactamente o cuáles son todos los beneficios que podrían llegar a aportar, lo que hace que pueda llegar a ser muy difícil su implantación y aceptación de manera generalizada. Para que el ciudadano pueda ser parte activa de esta transición energética, debe partir del conocimiento de las alternativas existentes.

Para ahondar en este tema, una muy buena opción es la de acceder el próximo 4 de octubre al evento online que organiza la Cátedra de Transición Energética Fundación Repsol en la Universidad Politécnica de Madrid y Fundación Corell, donde se darán a conocer las conclusiones obtenidas por el Instituto Demoscópico GAD3 en su estudio sobre la percepción, sensibilidad y nivel de conocimiento de la población general a las nuevas tecnologías de movilidad en el transporte por carretera y urbano. 

Un evento que puede ayudar a comprender mejor cuáles son los principales obstáculos en la puesta en marcha de este nuevo y necesario sistema de movilidad sostenible basado en las tecnologías emergentes, y que tan significativo es para el bienestar futuro del planeta.